Vistas de página en total

martes, 27 de marzo de 2012

De gandallas y agachones.


No hacen más de 7 días que atiné unir ciertos hechos interesantes. No en el sentido esencial quizá, pero si creo, se encuentran curiosamente presentes como rasgos distintivos comunes en más de un ámbito de nuestras vidas.

Parece ser un “relativo consenso” que caminamos por la actualidad sobre un escenario desalentador, algún día escuché que todas las civilizaciones, históricamente han creído que viven una “época decadente”. Esta es pues la civilización que (des) componemos todos nosotros y “con éstos bueyes habrá que arar”.

A continuación me dispongo a narrar algunos eventos “aislados” que me llevaron a unas conclusiones teóricas propias. Les pido sean pacientes, irán encontrando la hebra de la chingadera.

Hoy navegaba en una conocida red social, Agustín (amigo de letras), con quien ocasionalmente intercambio ideas, mencionó un concepto que vino a encajar en tiempo y forma con otras ideas que tenía yo rebotando desde hace algunos meses. Habló de la “desgandallización de México”.  Ambos reímos, no porque fuera gracioso el concepto, creo más bien que fue imaginando la envergadura de semejante “proyecto de nación” (no, no tengo nada que ver con ese pendejo a quien no necesito ni nombrar, “Ese” aquí no cabe).

Hace algunos años conocí a un interesantísimo personaje, un señor llamado Manuel (así a secas, el apellido sobra). Éste señor tuvo a bien enseñarme una casa de su propiedad que quería venderme. Yo creo que nos caímos bien y la plática fue tomando rumbos muy distintos, no les cuento mucho pero terminé yendo de la finca en cuestión a la casa de Don Manuel y su familia. Si, yo como ustedes, también desconfié en un principio de la inusual invitación y un homofóbico cuya voz me susurra al oído de vez en cuando pareció decirme: “aguas, éste güey no vaya a ser puto¡!”. Don Manuel me mostró una casa que si bien en su exterior tenía la apariencia un poco descuidada, por dentro era un deleite, tanto arquitectónicamente como en los contenidos más interesantes jamás vistos antes por quien aquí escribe. Basta con decirles que la colección de arte de éste señor incluía un par de Siqueiros, dos obras de Pablo Picasso y algunas otras piezas de quien honestamente no recuerdo el autor.

Su casa era una auténtica galería de arte compuesta de esculturas, pinturas, alfarería y piezas muy interesantes de arte precolombino que no me interesa saber de dónde provinieron,  sé que están en buenas manos. 

-Ven -(me dijo Don Manuel) llamando mi atención hacia el centro de la sala.

-Qué te parece? Me señaló una cruz de piedra enorme que se erguía cabronamente desafiando los límites del techo del cuarto por casi nada, labrada en su totalidad adornada en cada centímetro cuadrado de esa piedra que debía pesar toneladas.

-Está chingona (dije), es genuina o alguna réplica? (El pinche viejo debió hacer un esfuerzo para no burlarse del pendejete)

-Si te refieres a que si es hecha por indígenas en el tiempo de la conquista, la respuesta es si. Es una pieza muy rara y es de mis posesiones más preciadas. Qué ves en ella? (preguntó observando detenidamente mi reacción)

-(A lo que contesté) No pues así a simple vista (habló el  ingeniero muy chingón) veo que tiene muchísimas horas hombre de trabajo, no hay una sola parte que no esté decorada y considerando las herramientas que tenían en ese entonces allí se le fue la vida a algún artesano indígena… (me sentí bien cabrón con mi respuesta)

-A ver fíjate bien, no le ves nada “raro”?

-(Dándome por vencido y evidenciado contesté) Pos’ no, la neta no le veo el truco.

-(Me dice) Mira (señalando varios elementos decorativos labrados sobre la piedra en forma de cruz) -Ves éste pene? Distingues ésta vagina? Has visto ésta mazorca de maíz? Aquí al dios del fuego, acá al dios de la lluvia, allá al dios del agua?

La verdad me quedé pendejo, era tan evidente una vez señalado todo el repertorio de figurillas, no podía creer que no las hubiese visto a “simple y chingona vista de ingeniero”…

-Tú al igual que los españoles, conquistadores, colonizadores y evangelizadores solo viste una cruz muy chingona, una cruz muy bonita y adornada (me explicó). Te imaginas el trauma que les ocasionó a los indígenas tener que abandonar sus costumbres y creencias, sus convicciones y deidades para abrazar una religión impuesta por la sangre? Tú crees que el indio iba a dejar de adorar a sus dioses y abandonar sus tradiciones? Claro que no¡! El indio era muy listo y para evitar una desobediencia incorporó secretamente todos los elementos de su adoración y culto dentro de la figura que les imponían los conquistadores. Así tenían a los españoles contentos pensando que veneraban la cruz y se seguían saliendo con la suya y de paso se burlaban de quien les quería imponer creencias haciéndolo tonto.

El encuentro con Don Manuel me llevó cada vez más al asombro, termino rápido por contarles que acabó proponiéndome que conociera a su hija, de quien me habló maravillas y hasta me enseño fotografías. Una niña muy guapa, inteligente y talentosa. -Mira (me dijo), aunque no hagamos trato con la casa, deberías de venirte a desayunar un día con nosotros para que la conozcas, es una muchachita muy virtuosa…

Nunca volvía a saber nada de Don Manuel o de su guapa y virtuosa hija.

“La desgandallización de México”… Qué es un gandalla si no aquél que toma con premura lo que quiere o necesita por encima de un orden y un bien común?  Valiéndose del engaño y/o alguna destreza mal empleada, antepone su bienestar a la manera de barbaján y si bien es confrontado con los hechos y consecuencias de sus actos no tendrá empacho alguno en ufanarse de ser “muy vivo”, muy madrugador... “me avivé¡!”

 He pensado seriamente que el gandalla es una mutación maligna de aquél que vivió “agachón” de aquél que tanto soportó la imposición sin decir nunca nada y continuó haciéndoles pensar a los conquistadores que aceptaba sus condiciones mientras se acostumbró por otro lado a hacer las cosas “justas” a escondidas, tanto que esas cosas justas terminaron siendo prohibidas, castigadas y en algún momento se volvieron “ilegales”. Ya va saliendo la hebra, no?

Se imaginan a un grupo de indios yendo a entregar el fruto de su trabajo a los hombres del Virrey? Preocupados por el retraso que puedan llevar se encuentran con un grupo de indios también que se manifiestan y los tratan de convencer de no regalar su trabajo. El primer grupo encabronado, quizá tratará de hacer entender a los rijosos que se pongan a trabajar¡! Que al igual que ellos entreguen su trabajo porque así se dispuso, total¡! Estamos entregando cada vez menos de lo que nos impusieron, somos muy listos y mientras más nos imponen más maneras encontramos de evadir esas responsabilidades que no pedimos¡! Pero que nunca negamos cuando se nos fueron impuestas (impuestas, imponen, impuso, impuestos… suena familiar)

Yo sé que hoy tenemos mejores herramientas de las que tenían los indios en aquél entonces. Yo sé que cuando la libertad se niega durante un tiempo suficiente irremediablemente estalla el libertinaje y luego las cosas se median entre la disminución  del furor y la aceptación de los nuevos “estándares sociales”.

Lo que no sé a ciencia cierta es: qué pasa después de que tanto tiempo se vive agachón, haciéndole al vivo, “engañando” al que impone sin justicia, haciéndole creer que cumplimos con sus demandas cuando sabemos que son ilegítimas, fraudulentas y abusivas, las aceptamos sin chistar para luego buscar la manera de hacer trampa. Será que después del agachón que vive siempre a la defensiva/ofensiva brota el gandalla? El que rompe con cualquier esquema de sana convivencia? El barbaján que solo ve por sí mismo y le mienta la madre a los que se manifiestan, porque lo retrasa en su afán por no cumplir con lo que aceptó cumplir por imposición?... “No me estorbes¡! qué no ves que llevo prisa y me urge llegar a hacerme pendejo???”  A los conquistadores les conviene que estemos divididos, que veamos como enemigo a quien comparte el grillete pero busca la forma de que le quede más holgado en el tobillo aunque esto signifique que a los demás se les ajuste más.

No, los indios que se manifiestan y “desquician” una ciudad afectando a los demás aquí terminan convirtiéndose en gandallas, lacras cabronas que sí consiguen lo que quieren¡!¡ por encima del bien y orden común, con demandas atroces carentes de toda lógica que solo atienden a sus intereses y que además son satisfechas¡!¡ mientras que los que seguimos agachones nos convertimos en indios neuróticos, cada vez más a la defensiva, cada vez más “gandalloides” que mientras se consumen tienen tiempo entre puesto e impuesto para reproducirse y criar más agachonitos:

“No hijo, eso no está bien, para todo hay formas”, “Hijo dale a tu amiguito, porque recuerda que hay que compartir”. Cuando hay gandallitas que le rompen el hocico y le roban su “lunch” antes de que el pobre indito tenga siquiera tiempo de compartir.

Existen muchas teorías y “programas” que atacan los síntomas, además de que lo hacen de manera mediocre, electorera y tramposa. Seguimos discutiendo agendas llenas de PENDEJADAS y distractores. La solución que nos conviene a TODOS sigue teniendo como eje principal la educación, la educación de casa y la educación en las instituciones. Vaya tela¡! Se me olvida que las instituciones están llenas de gandallas, y son metástasis de cáncer en el cáncer, una secretaria que tiene forma de todo menos de entidad de educación o de cuna de progreso. Y la educación en casa está en manos de quienes queremos simplificar las labores que son irreductibles y en las que SIEMPRE se puede llegar un poco más lejos y un poco mejor.

Yo? me sugiero a mí mismo que la próxima vez que una protesta me incomode, me moleste conmigo mismo, por no estar colaborando con una solución.

Yo digo: y si nos manifestáramos TODOS? Vendría la desgandallización de México? Me reencontraría yo con la virtuosa muchachilla y con Don Manuel?

* Vuelve irremediablemente a reír *



-Francisco Delfino.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Haloclina.


Por fin hago consientes mis movimientos sobre una superficie áspera; muy áspera en contraste con la suavidad del sopor producto del amodorramiento. Encuentro mi cara encajada entre las almohadas la muevo de un lado a otro tratando de hacer más fácil el respirar. Me doy cuenta mientras cabeceo que hay un punto húmedo en el centro, mis mejillas lo han notado al hacer contacto con la superficie.

Estoy despierto ahora, no recuerdo cuantas veces ignoré la alarma del reloj antes… realmente no es importante, no es ni más ni menos importante que: que día de la semana esta corriendo del mes fulano.

Me incorporo lentamente para sentarme sobre la cama, levantándome hacia mi lado izquierdo mientras pongo los pies descalzos sobre el suelo. Descanso mis codos sobre las rodillas haciendo una cuna perfecta para mi cabeza que en automático ya estaba encajándose entre mis palmas a la altura de los pómulos, cierro los ojos por un momento más.

-La *haloclina que separa mis mundos es en ocasiones demasiado densa, un trago muy amargo de pasar, un paso muy difícil de aprender y en ocasiones un estado estático doloroso que difícilmente desaparece para dar lugar a la “luz” o a la “oscuridad”. “Brillar” o “pasar desapercibido” no siempre es una cuestión de elección, de albedrío…  En ocasiones es una condena, una sentencia con jueces indefinidos, jurados inapropiados y crímenes inexistentes.

Perdónenme mis tres lectores por el abuso en el uso de las comillas, pero esto de trazar los pensamientos en papel no es tarea fácil cuando todo lo que se tiene son palabras, mismas que no alcanzan, por haber sido castradas con un diccionario, sometidas a delimitar los sentimientos y transmitir las ideas, si encierro demasiado entre comillas, no me culpen a mi, culpen al Sr. Larousse.


Cuál de las dos será hoy? Realmente hace una diferencia? Es distinto acaso sonreír cuando se sufre de llorar por alegría? No tengo las respuestas ni pienso plantear una solución a esto mas adelante, el que quiera puede dejar de leer aquí si esto lo desanima.


Esta “haloclina” que yo cruzo sin cesar en innumerables ocasiones por día… desgraciadamente en sobriedad y digo desgraciadamente porque otrora, adormecido quizás con las mieles del alcohol, todo me hubiese parecido un viaje mágico, el paseo en mi velero llamado “enajenación”, sumido en mis pensamientos con una única respuesta a los estímulos del exterior: La sonrisa del idiota. Déjenme decirles que a la luz de la vigilia, esos viajes se vuelven todo menos mágicos o placenteros, son en su lugar, visiones aterradoras de la realidad y sus “consecuencias”. Pesadillas de las que no se quiere despertar, sobresaltos que se teme dejar de sentir, “delirios” de persecución (o golpes de responsabilidad?) que parecen salidas de emergencia y una conciencia de “sabiduría”  que extrañamente se atesora…

Paso mis dedos por encima de mis párpados dos o tres veces haciendo un poco de presión para que se decidan abrir. Finalmente lo hacen, giro mi cabeza hacia atrás y adelante esperando un chasquido en el cuello que libere algo de tensión, ahora hacia los lados… nada.  Me pongo de pie apoyándome con las manos sobre mis rodillas. Me dirijo hacia el baño con pasos torpes y lentos.

En la regadera, el agua sabe dolorosamente a sal y de pronto todo se vuelve confuso y nublado,  muy nublado…

                                                                                              -Francisco Delfino.


*La haloclina, para todos los que no estamos familiarizados con el deporte del buceo, es un fenómeno químico-óptico que se presenta en el ambiente submarino donde se encuentran corrientes de agua salada con corrientes de agua dulce. Se caracteriza entre otras cosas por escasa visibilidad (el agua toma un aspecto lechoso, blancuzco) y causa desorientación en los buzos con poca experiencia.




            “Overhead the albatross hangs motionless upon the air and deep beneath the rolling waves in labyrinths of coral caves, the echo of a distant tide comes willowing across the sand and everything is green and submarine…”

                                                                                        Echoes -Pink Floyd.



jueves, 15 de marzo de 2012

La palabra de aquél hoy, es "Ocluyen".



"Por allí, a media carrera (para efectos de ésta lectura entiéndase carrera como lo estudios universitarios y no se cometa el error de pensar: media carrera= 4.5 años/2, porque... la mía duró un tanto cuánto más que eso.. pero bueno) fué cuando dramáticamente aprendí que cuando una extremidad del cuerpo, en aquél caso una pierna, sufre un traumatismo muy fuerte, particularmente al nivel de una de las articulaciones, las venas y arterias "ocluyen" (chingueasumadre! -pensé yo- y qué es eso?), ésto significa que se cierran por completo. 

La naturaleza del maravilloso cuerpo humano responde a tal traumatismo preparándose para lo peor, que es que la extremidad se arrancada y cierra el flujo sanguíneo para evitar una hemorragia fatal, muy sabio, no? Dos cosas pueden suceder como desenlace a lo anterior 

1.- Que la extremidad sea desprendida violentamente del cuerpo y la oclusión evite morir desangrado ó 

2.- Que la extremidad sea severamente lastimada pero no deje de formar una sola masa con el cuerpo. 

Si el segundo es el caso, puede suceder que las arterias regeneren su caudal irrigando nuevamente la pata, ó que nunca a pesar del tratamiento y cuidados de los galenos vuelvan a abrir, teniendo que amputar irremediablemente el miembro en cuestión ante una horrible gangrena esperando a ocurrir.

El pinche cuerpo es sabio, me cae. La mente... la mente es... es un poquito más complicada... A la mente le gusta disfrazar los eventos traumáticos como rasgos de personalidad, los riesgos graves declarados como conquistas de sí misma (particularmente a ciertas edades para unos, para otros toda la pinche vida), los retos edificantes como batallas que hemos elegantemente de escoger, los espejos como erróneos retratos al óleo (muy caros pa’ ser tan malos) y nuestras voces como leyes absolutas del universo y regiones circunvecinas.... 

A la mente pues por ejemplo, no le cuesta trabajo alguno arrancarse los pelos de la nariz de uno en vez (y encontrar placer) en ello si no es que de paso hasta identificar una exótica analogía con alguna virtud del dominio popular...

A lo quiero ir pues, es a reflexionar sobre el ejercicio de oclusión pero no en el cuerpo, no en el cerebro pero, en la mente. Porqué la mente se empecina en establecer como eternas y propias todas sus facultades, herramientas, funciones, personajes y personas? No vayamos más lejos, los mísmos brazos y piernas de las que hablábamos en el primer párrafo son asumidas por la mente como partes de sí mísma. Se puede vivir sin brazos y sin piernas? sin duda¡! y ser felíz de ese modo. Pero no habrá quién (salvo personas que padecen alguna dismorfia patológica) diga, que prefiere carecer de tal o cuál parte a estar "completo". 

Debemos procurar sentimientos elásticos, que ocluyan y abran a voluntad. Incrementar el flujo hacia ciertas áreas, personas o funciones cuando sea necesario y cerrar ese flujo de energía (llámenle afecto, amor, etc.) cuando perdemos alguna entidad mental. 

Cuando ese miembro de nuestro mapa mental ya no existe, o por el momento no está, toda la energía que fluía hacia allí debe ser reasignada para no congestionar y gangrenar los tejidos mentales. Habrán miembros que se logren salvar y la tarea es abrir esos sentimientos, dejarlos fluír de nuevo a nutrir y fortalecer la unidad reestablecida. Los miembros que no puedan permanecer o regresar y se deban perder por la salud mental, dejarán siempre dentro una energía que podremos conservar, ocluyendo sentimientos y re-asignando los recursos.

Me consta desde ese entonces que los lapsos a veces prolongados en los que no se sabe si esas vías abrirán su caudal de nuevo, producen terror y ansiedad. Quizá lo único que efectivamente pueda prevenir un desenlace traumático sea el cuidado que procuremos para los tejidos que protegen tales vías, las costumbres y disciplinas que adoptemos para que nunca tengamos que hacer vigilia inmersos en la incertidumbre que consume".



-Francisco Delfino.