Puede
bien ser un truco de la edad, la obligada comodidad de la madurez ó algún
factor sociológico externo anidado por allí en el inconsciente colectivo.
Pueden bien ser todas las anteriores o ninguna.
La
clanificación de “america”. Si,
america así con minúscula y sin acento. “america” es esa que se han robado los
gabachos muy distinta de la América que conocemos nosotros los cultos como un continente. La clanificación de “america” se
reveló formalmente ante mis ojos cuando sondeaba la posibilidad de fundar un
foro de discusión acerca de motocicletas en internet, motocicletas de cierta
marca en particular que ya es común en nuestro México actual.
Aquí no funcionaría un foro así -dijo
Miguel, En estados unidos ha funcionado
por la clanificación tan marcada que presentan los gringos por su necesidad de
identificarse con algo y hermanarse con los que comparten esa misma pasión. Es
lo que ha suplido su núcleo familiar. Aquí lo podrías hacer, pero como no
estamos dispersos y aglutinados en la correcta proporción entonces algo tan
específico no tendría un mercado atractivo en números. Aquello más que
correcto, sonaba perfectamente lógico y sensato. Me hizo pensar en… el Futbol¡!
Para eso estamos nosotros dispersos y aglutinados en la correcta
(raya-en-lo-estúpida) medida.
A
medida que pasa el tiempo (pasa y pasa el güey)… Me he encariñado con la teoría apocalíptica de ciencia ficción en la que
los ex-muertos deambulan por allí a medio-podrir, empeñados en fastidiar a
una desconcertada minoría de seres humanos “normales” que luchan para
sobrevivir ellos y los suyos. Cada quien por si mismo y por los suyos hasta que
la epidemia los alcanza y habrá que llorarles 5 minutos para seguir corriendo
por salvar la vida. Dije ciencia ficción???
Volviendo
al truco de la edad, la comodidad y el factor sociológico… Qué tal si añadimos
la seguridad y la tranquilidad a la ecuación? Se han fijado que cada vez
tendemos más a vivir “zombie-wise”? Imaginen
que les llama el guardia armado que vigila la puerta de su comunidad cerrada (eso que los jodidos llaman “coto”):
-Disculpe
que lo moleste Sr. le busca un andrajoso aquí fuera, no refiere asunto alguno
solo quiere pasar y algo dice de que está hambriento, si me pide su opinión, no
se le ve de buen aspecto y si mucho me apura, se ve hostil el mugroso.
-Gracias
Andrés, dispárele dos veces en la cabeza por favor y tire el cuerpo donde no de
mal aspecto, gracias, buenas noches.
En
serio, uno cada vez (yo por ejemplo sinceramente) me voy inclinando más por la
arquitectura a prueba de zombies. Me gustan los espacios cómodos, agradables y
muy seguros. Qué mejor que unos buenos muros de hormigón, copeteados de cercas
electrificadas con alambre de púas y puertas de sólida herrería a prueba de
Jenny-Riverazos. Ahora que mencionamos a la curvilínea cantante... cuánto
tardaría un zombie promedio con apetito promedio en… olvídenlo… calculamos eso
más tarde.
Fíjense
como sin querer vamos uniendo las puntas de la madeja. Ya no suena la cosa tan
a ciencia ficción. En la medida que nos vamos clanificando y añadimos distintivos en la sociedad (clases si se
les antoja, tribus urbanas, pérdida de núcleos familiares, etc.) más tenemos
que cuidarnos unos de los otros y de los otros más.
Hemos
inventado (bendito sea Dios) medios para comunicarnos cada vez con más
eficiencia y menos contacto, como si fuese en efecto una epidemia apocalíptica con medios de contagio no delimitados en su totalidad, pero “científicamente”
segregados hasta un límite seguro que
termina por aniquilar la sociedad en su esencia y funcionamiento. Tendrá que
ser pues la comunicación en aislamiento el remanente y eterno espectro de radio,
vestigio del big-bang ó esa grabación
automática que como en las películas de zombies nos dice como actuar y a dónde
dirigirnos.
No
todo es malo. No me crean un pesimista por penitencia. Me di a la tarea de
encontrar una justificación para ese encanto
que tiene el apocalipsis zombie. Miren a su alrededor, el cine, la televisión y
algunos otro medios gráficos de entretenimiento están plagados de historias de
los putrefactos en cuestión.
Es
de verdad mi idea que parte del encanto reside en el deseo que permanece dentro
de cada uno de nosotros de vivir “alejados
del bullicio y de la falsa sociedad” (esa es canción, pero igual queda)
Regresar hacia algún paraje campestre que nos proteja de las aglomeraciones,
incomodidades y peligros de las grandes ciudades. Volver a congregarnos con los
realmente importantes y crear nuevos órdenes sociales de convivencia donde el
contacto físico no es solo el peligro sino también la clave de la supervivencia
(y la gozosísima procreación, porqué no?)
Otro
lado, igualmente válido de la moneda, es pensar e el sociópata que todos
llevamos dentro. Qué podría despertar más emociones que disparar a diestra y
siniestra con armas de alta potencia en las cabezas de los blancos más humanos
posibles sin remordimientos??? Total, encima de todo me quieren morder¡! Se
mueven, disque hablan, sangran y con un escopetazo en la cabeza dejan de
fastidiar. Tengo un vecino y dos o tres conocidos a quienes más les vale
ocultar su contagio porque les estaré vigilando de muy cerca y seré yo quien
les saque de su miseria con zendo plomazo entre los ojos. Yo sé que algunos de
ustedes pensaron en sus suegras o qué se yo, no se limiten, total¡! Esto es
pura ciencia ficción, no es como si un día la vieja bruja esa se vaya a tratar
de meter a su casa a causar terror.
Ahorita
está de temporada por ejemplo clanificarse por ideas políticas. Qué tristeza¡!
Dividiéndonos hasta lo irreductible y aún así corriendo todos con ojos
enlagañados directitos a la panza de los zombies más hediondos… Dejemos ahí,
ésta historia ya tiene su horror disperso y aglutinado en su justa medida.
Clanificación
vs pérdida de valores, expansión de intereses, introspección vs aislamiento,
comunicación constante vs despersonalización, vivos vs muertos… Cómo ven?
Ciencia ficción?...
Ah, por
cierto, cuando los zombies vengan, algunos no tendremos con qué despacharlos. america (dicen los que saben) nos
prohibió alguna vez el derecho a acumular armas para defendernos (nadie quiere a un vecino jodido y armado). Solo que allá en america despachan los vivos a los vivos hasta en las escuelas primarias. Nosotros los
tumbaremos a pedradas. Pero… como dijo una muy sabia mujer: “no te preocupes por cosas que a lo mejor
nunca suceden…” Gracias Mamá¡!
Buen
Viernes,
-Francisco
Delfino.